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Los lunes con Juan Inurria 14-08-23

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Tampoco está la solución en reducir al mínimo la venta de automóviles nuevos, porque sería darle una patada a la libertad de mercado y a la economía de Canarias

Sábado por la tarde. Un calor sofocante en el Puerto de la Cruz, algo a lo que estamos poco acostumbrados. Aprovechando la puesta de sol para iniciar un un paseo con mi amigo Miguel por la zona de Martiánez. Mi amigo, que vive en el Puerto y trabaja en el HUC salvando vidas, me contaba mientras caminábamos lo terrible que es vivir en el norte y trabajar en la capital. Lleva mucho tiempo sin conciliar el sueño con solo pensar en las colas que tiene que soportar para estar a las 8.00 en su puesto de trabajo, amén de cómo se ha deteriorado su calidad de vida, la de su mujer y la de sus hijas. Me contó que en septiembre le quedará un mes a Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife, para cumplir su promesa electoral: solucionar el gravísimo problema de tráfico en las autopistas de la Isla. Me contaba y añadía: «Estamos llegando a la mitad de agosto y el flujo de vehículos sigue colapsando las vías. No noto diferencia entre agosto y junio».

Ya lo advirtió el ingeniero técnico de Obras Públicas Ambrosio Jiménez Naranjo en las reuniones celebradas en el Cabildo: la solución está en que unos días circulen los automóviles con matrículas pares y otros días, los que llevan matrículas impares. Esta solución ya se ha aplicado con éxito en los accesos a las grandes capitales, singularmente las de América del Sur. De nada vale alterar los carriles mediante el levantamiento de los bloques de hormigón que separan los sentidos de la circulación; esta medida es tremendamente cara y dejaría, en ocasiones, con un solo carril a las grandes vías insulares. Completamente inviable. Yo asentía mientras caminábamos.

Una Isla está limitada en los espacios, es obvio. Tampoco está la solución en reducir al mínimo la venta de automóviles nuevos, porque sería darle una patada a la libertad de mercado y a la economía de Canarias. Tampoco le gustaría a mis amigos que se dedican a su venta.

Habría que pensar en ayudas más adecuadas para cambiar de vehículo, a la renovación del parque y a convertir en históricos a los automóviles que realmente valgan la pena, con ventajas económicas para sus propietarios. Los planes renove no deberían ser parches, sino soluciones de verdad, con exenciones fiscales y subvenciones, también de verdad, a los propietarios de los coches que pasen al desguace. Y no con engaños para que adquieran un vehículo nuevo y, después de un año, te llega el sablazo en el IRPF.

Mientras mi amigo me contaba, lo notaba cada vez más tenso. Solo en pensar en coger el coche a las 5.30 de la mañana sin que eso le asegurara llegar a su hora a su puesto de trabajo le ponía cada vez más de los nervios, y me seguía contando.

Otra medida podría estar en limitar a la noche el transporte pesado, pero la que considero más adecuada es la de la alternancia de matrículas. Desde luego, la presidenta del Cabildo fue muy lejos cuando prometió soluciones en tres meses. Yo me la creo y la espero, pero ni pensar quiero en que incumpla esa promesa. En septiembre, según sus propias palabras, no debería haber problemas en las autopistas de la Isla tinerfeña. De lo contrario, se producirá su primer fracaso, o el mío por pensar que cumpliría.

Pero, ¿qué hacemos con la picaresca (a la que algunos se van a referir, sin duda) de comprar dos coches, uno con matrícula impar y otro con matrícula par? Eso, por ahora y al precio de los coches nuevos, no está al alcance de todo el mundo. Luego, lo probable es que, de poner en práctica estas restricciones, el tráfico baje a la mitad. Me parece de una lógica aplastante, Juan, y deberían estar excluidos de cumplir esta medida los vehículos de servicio público: guaguas, taxis y ambulancias.

Lo cierto es que seguro que Rosa Dávila ha sopesado todo esto que le comentan los técnicos. No quiero ni pensar que en septiembre todo siga igual. Puedo soportarlo, pero que no lleguen las Navidades, fechas de multiplicación del tráfico, sin que el Cabildo haya tomado una decisión que nos de un poco de ilusión y podamos irnos a dormir sin pensar que mañana tampoco llegamos a tiempo al trabajo.

Sería un fracaso para quien prometió acabar con las colas en tres meses. En fin, este es otro de los peligros de las hemerotecas, que están ahí para quienes quieran consultarlas, lo que prometieron y lo que no.

En cualquier caso, yo calmé a mi amigo y le invité a que disfrute del puente del 15 de agosto y que, en cualquier caso, estudiaría la posibilidad de iniciar una demanda contra la administración por su mal funcionamiento, en esto de las carreteras, también.

LOS LUNES CON JUAN INURRA – Periódico EL DÍA
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